No más se nubla tantito o comienza a llover y me dan ganas de comer pan, tranquilo ¡es normal!
Te explico, nuestro cuerpo debe permanecer en una temperatura corporal entre los 36 a 37.5 °C para que lleve a cabo sus funciones correctamente.
Dicha temperatura se puede ver alterada por nuestro estado de salud, de hidratación, las actividades físicas que realicemos y por supuesto por la temperatura ambiente.
Y cuando llueve generalmente la temperatura ambiental sufre un descenso, dando como consecuencia que nuestra temperatura corporal también disminuya.
Cuando sucede esto algunas reacciones químicas o funciones del cuerpo se vuelen más lentas; como la frecuencia cardiaca y respiratoria. Para regresarlas a su ritmo habitual es necesario aumentar la temperatura corporal y ¿cómo se hace eso?
¡Comiendo¡ una vez que el cuerpo detecta que necesita aumentar la temperatura comienza toda una cadena de reacciones cerebrales que termina y nos lleva al consumo de alimentos.
Ya que a través de los alimentos le aportamos calorías a nuestro organismo, las cuales son energía que produce calor.
Además, ayuda a reponer las reservas de energía almacenadas en forma de grasa que ya utilizo para mantener la temperatura corporal ¡por eso es que nos da hambre!
Pero ¿por qué específicamente el pan? pues porque el pan está hecho de trigo, que al metabolizarse aumenta los niveles de glucosa en sangre.
La glucosa es la principal fuente de energía y es el resultado de la metabolización de los carbohidratos; y también en él encontramos grasas que aporta el doble de calorías.
Así que la próxima ves que se te antoje comer pan mientras llueve ¡disfrútalo! estas ayudando a tu cuerpo a mantener su temperatura corporal y no pasaras frio.